Melanie Klein (Viena 1882-Londres 1960)
M. Klein es una de las psicoanalistas pioneras del análisis de niños. Estimulada por S. Ferenczi (Budapest), su primer psicoanalista, comenzó analizar niños muy pequeños. Su comprensión de los tempranos mecanismos primitivos, como la escisión y la identificación proyectiva, abrió la posibilidad de analizar también a pacientes borderline y psicóticos.
Tras la muerte de su segundo analista K. Abraham (Berlín), en 1926 se trasladó a Londres donde encontró una mayor receptividad a sus teorías.
M. Klein desarrolló un nuevo modelo de la mente, donde las fantasías inconscientes, representantes psíquicos del instinto, son el contenido inconsciente básico, y están presentes desde el nacimiento. Representan metas instintuales dirigidas hacia objetos, junto con interpretaciones afectivas de las experiencias sensoriales. El mundo interno se construye por proyecciones e introyecciones de fantasías inconscientes y objetos internos, con diferentes ansiedades y defensas, dando lugar a las posiciones esquizo-paranoide y depresiva. La posición esquizo-paranoide es la organización más primitiva del aparato mental. El bebé proyecta su amor y su odio en el pecho de la madre, escindiéndolo en un objeto “bueno” gratificante e idealizado, y un objeto “malo” frustrante y persecutorio. La posición depresiva constituye el proceso de integración de esos dos mundos escindidos. Representa un paso evolutivo que integra el amor y el odio. El desarrollo no es lineal ni homogéneo. Se produce una fluctuación constante entre éstas posiciones a lo largo de todo el desarrollo.
Las ideas de M. Klein crearon una fuerte controversia con Anna Freud y sus seguidores. Pero sus destacadas aportaciones teóricas, clínicas y técnicas propiciaron el desarrollo de un grupo kleiniano formado por destacados psicoanalistas como W. Bion, H. Rosenfeld, D. Meltzer, H. Segal….