08 - LA NIÑA Y LA MEDUSA. TRAUMA SEXUAL INFANTIL ENTRE REALIDAD Y APRÈS-COUP. María Grazia Fusacchia

PRIMERAS LÍNEAS



Pretexto

...Un texto para «inventar» un actor. Una actriz para «inventar» un texto... Monólogos... Un texto como pretexto: la escritura como pretexto de una voz, el personaje como pretexto de un cuerpo, lo cómico como pretexto de lo trágico. De hecho, creo que en el fondo de cada monólogo encontramos un doloroso grumo de angustia que se expresa, de manera obsesivo-maniacal, bajo forma de fabulación...

El actor monologante... no vende su texto, sino que lo vive celosamente, lo trabaja... como se trabaja un huerto. El «actor monologante» no es un predicador, pagado para convencer a otros, es un eremita obligado a hablarse a sí mismo por la ausencia del otro [Giuseppe Bertolucci].

Un texto como pretexto de un doloroso grumo de angustia, escribe Bertolucci, en la introducción de su colección teatral, compuesta por dos monólogos, Cioni Mario y Raccionepeccui, dos «criaturas bizarras» concebidas por su vínculo de «adulterio» con el teatro.

Pretexto, del latín «prae-t êxere», que indica un «tejer delante», exactamente «embellecer para esconder algo». Una ficción o un camuflaje que, ineludiblemente, es también el signo de lo que esconde. En este sentido, es el prólogo, el preámbulo indivisible y coincidente de lo que sigue.



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