01 - LO INTRAPSÍQUICO Y LO INTERPSÍQUICO: INTRODUCCIÓN AL TEMA MONOGRÁFICO. Juan Francisco Artaloytia

PRIMERAS LÍNEAS

Vamos a empezar por una imagen poco habitual: se trata del joven Sigmund Freud ante el microscopio en el laboratorio de fisiología de Ernst Brücke estudiando el sistema nervioso central de peces inferiores (Gay, 1988). Su maestro, junto a Du Bois-Reymond y Helmoltz, forma parte del núcleo positivista médico germano decimonónico. El método ha cosechado grandes avances, tal y como lo atestigua el trabajo de Robert Koch en el estudio de las enfermedades infecciosas. Podemos ubicar el origen del positivismo (Ferrater, 1994a) en Auguste Comte, y definir tal sistema de pensamiento como un escepticismo de toda metafísica y una búsqueda del conocimiento sustentada en el intento de unión del empirismo (especialmente en la tradición anglosajona de Hume) y la lógica formal. Como en el pensamiento cartesiano (Reale y Anitseri, 1983a), en cuya lógica en parte también se sustenta, se pretende construir ex novo un edificio completo del conocimiento.

Podríamos suponer de ahí una postura epistemológica inicial en Freud con un objeto de estudio, la mente humana (lo intrapsíquico del ser humano, concebido éste en el pensamiento filosófico tradicional como unidad o mónada), y un científico que observa desde fuera y analiza con la intención de desvelar las leyes que la gobiernan. Los hechos clínicos han de ser objetivos y objetivables. Desde ahí podemos entender los primeros planteamientos freudianos en torno a la defensa: describe un factor de origen externo, el traumatismo sexual, y la defensa de la mente contra el recuerdo del mismo.

Sin embargo, pronto se opera un cambio de relevancia: el mismo científico, observador objetivo, se ve involucrado en toda su subjetividad, comenzando a convertirse él mismo en objeto de estudio. Freud se empieza a interesar por sus propios síntomas, sueños, actos fallidos … y la relación epistolar con Fliess cobra una nueva dimensión.