01 - UNA SEMBLANZA DE LEÓN GRINBERG. R. Horacio Etchegoyen

PRIMERAS LÍNEAS



Me causó un vivo dolor en su momento la enfermedad de León Grinberg, que lo abatió el 28 de diciembre de 1997 en Barcelona, y se renovó ahora con su muerte el 25 de septiembre. Pasó diez años inhabilitado, al cuidado amoroso de su esposa y de sus hijos, Daniel y Alberto, con los que sólo podía tener un intercambio emocional, lo mismo que con los amigos que lo visitaban, como Mariano y Silvia Dvoskin, Valentín Barenblit y yo mismo. Se había puesto renuente a recibir visitas que le llegaban de continuo, seguramente por pudor. El diálogo vivo y estimulante que mantuvo por décadas con todos los psicoanalistas se había interrumpido para siempre.



Necesitas estar identificado para poder descargar el artículo completo