02 - HACIA LA IDENTIDAD PSICOANALÍTICA. Juan Francisco Rodríguez

RESUMEN



El autor plantea el problema de la identidad psicoanalítica a partir de un comentario de Freud a O. Pfister en el que afirma que los futuros y genuinos psicoanalistas deberán surgir como un grupo de profesionales nuevos que «no necesitarán ser médicos ni deberán ser sacerdotes». Sólo alcanzarán su nueva identidad, según Freud, si pueden liberarse de los prejuicios previos de ambos para servir solamente a las demandas del psicoanálisis.

El autor cree que los prejuicios sacerdotales son más fáciles de soslayar que los médicos dada la formación previa de médicos y psicólogos clínicos y las enormes presiones externas e internas para que los psicoanalistas logren resultados terapéuticos que puedan justificar su actividad y puedan competir con psicofármacos y otras formas de psicoterapia, incluida la psicoterapia psicoanalítica.

Se señala el peligro de que el psicoanálisis pueda entonces ser desechado en su totalidad si no responde a estas expectativas, confirmando así el temor de Freud de que «la terapia mate a la ciencia». Esto sería una gran injusticia intelectual comparando la situación del psicoanálisis con otras muchas teorías y disciplinas que son valoradas y conservadas a pesar de no tener ninguna aplicación práctica más o menos inmediata.

Se comentan las vicisitudes sufridas por el propio Freud para llegar a la discriminación del psicoanálisis y del psicoanalista como un esfuerzo mantenido a lo largo de toda su vida y obra para separar «el oro puro del psicoanálisis del cobre de la sugestión» (y otros elementos más o menos «impuros»).

El autor propone que los descubrimientos esenciales hechos por Freud y que están firmemente asentados, el núcleo principal de la teoría psicoanalítica, sean considerados conquistas científicas consolidadas que no puedan ser cuestionadas por los avatares de la terapia, como ocurre en el resto de las disciplinas científicas.

En la última parte el autor hace una pequeña revisión de los puntos en que el psicoanalista en busca de su identidad debe cambiar su formación previa científico-natural.

El psicoanalista a lo largo de su formación deberá reconsiderarse cosas como el instrumento de su observación —la intuición psicoanalítica—, la actitud ante el dolor psíquico, la idea de síntoma y curación, la relación indisoluble entre investigación y terapia, sus posibilidades de identificación con el procedimiento, y la dimensión ético-filosófica implícita en la práctica psicoanalítica.

Quizás al final de este camino el psicoanalista pueda sentirse «el pastor de alma profano» que soñaba Freud.



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