02 - CASOS LIMITROFES Y PROCESOS TOXICOS. David Maldavsky

RESUMEN



El autor comienza su presentación ordenando el material fenoménico en pacientes fronterizos: neurótico, caracterópata, perverso, psicótico y tóxico. Tales pacientes presentan una fachada caracterizada por la inconsistencia o la sobreadaptación, con un discurso que no representa lo anímico nuclear. A ello se agrega un elemento especulador y otro catártico, todo lo cual constituye un discurso carente de identificación. Dicha fachada no creíble está integrada en proporciones variables por componentes neuróticos, caracterópatas y perversos. En cuanto al fragmento psicótico, si bien destella por momentos en lo anímico, es sobre todo atribuido a un interlocutor despótico, del cual el yo posee una dependencia absoluta.

Aunque el paciente no esté representado en su decir, otro fragmento anímico resulta revelador: el de los afectos (y no tanto el de las huellas mnémicas), sobre todo un dolor descualificado, en segundo lugar crisis de pánico, y en tercero, estallidos de furia.

Respecto de la defensa dominante, el autor discrimina entre la desestimación de la realidad (atribuida a su interlocutor primordial) y dirigida desde éste contra lo anímico propio) y la desestimación del sentir (desarrollada en el propio yo). Tras describir esta defensa frente al sentir, el autor destaca que el efecto de esta desestimación consiste en hacer desaparecer la conciencia de la vitalidad de los procesos pulsionales, ya que los afectos constituyen la forma primordial de cualificación, de conciencia.

La desestimación del afecto deja al paciente con un estado de dolor no conciente porque falta el sujeto que hubiera podido sentirlo. Una vez salido del sopor, ocurre un pasaje necesario a las crisis de pánico, y de éstas al estallido de cólera, desde donde se vuelve al sopor, al dolor sin sujeto. El autor correlaciona luego tales estados afectivos con los diferentes momentos de la psicosis atribuida por el paciente a su interlocutor (superyó). El sopor corresponde a suponer el interlocutor en retracción narcisista. El pánico es correlativo de que el paciente le atribuye una restitución delirante o alucinatoria que lo engloba. Por fin, la furia se acompaña de la conjetura de que el interlocutor vuelve a desinvestir al paciente, para reingresaren la retracción.

El autor hace finalmente referencias a la relación entre estas afecciones y las neurosis traumáticas y al valor de un tipo de doble orgánico, carente de dimensión anímica.



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