RESUMEN
Las operaciones intelectuales comunes con que psicoanalistas e historiadores tratan a sus datos facilitan el que ambas disciplinas puedan ser ubicadas en el terreno de una antinomia ideológica: aquella que enfrenta explicación y comprensión.
Pero reconocer que psicoanálisis e historia poseen un doble carácter gnoseológico, en cuanto aparecen como ciencia natural y como investigación de la intencionalidad, no significa plantear para estas ciencias una posición dilemática, salvo para las posiciones agnósticas, que desearían prescindir del concepto de realidad objetiva postulando la imposibilidad de conocerla.
Se describen las etapas del método historiográfico, al cual se ciñe el trabajo de los historiadores a pesar de las posiciones enfrentadas (que se describen), con el fin de señalar etapas o momentos similares en el método de Freud y de poner de manifiesto que tal método sólo puede ser creado con referencia a una historia —de la humanidad o del individuo— que se considera objetiva y eficaz. Se postula de esta manera que la verdad a la que el psicoanálisis intenta que el paciente acceda tiende a cerrar la brecha, siguiendo el orden de sus determinantes múltiples, entre el mundo objetivo que incidió sobre él y sus transformaciones subjetivas.
En cuanto a la comprensión (Verstehen), el autor sugiere considerarla como operación semiológica («lectura») que permite un acceso inicial a los estados mentales de otra persona, y que en psicoanálisis tendría su ubicación en el primer tiempo de la interpretación mutativa, previo a la dimensión diacrónica del segundo tiempo, esencialmente explicativo.
Esto permitiría visualizar la interpretación psicoanalitica en el aquí y ahora como una comprensión del vinculo transferencial, al que se estaria explicando al incluirlo como resultado o consecuencia de sus nexos con otros términos y otras relaciones que forzosamente tendrán que preexistirle.