RESUMEN
Se propone designar situación analítica a la totalidad de los fenómenos incluidos en la relación terapéutica entre el analista y el paciente. Esta situación abarca fenómenos que constituyen un proceso, que es el que estudiamos, analizamos e interpretamos, pero incluye también un encuadre, es decir, un «no proceso» en el sentido de que son las constantes dentro de cuyo marco se da el proceso.
Se estudian las relaciones entre ambos y se define el encuadre como el conjunto de constantes dentro del cual se da el proceso (variables). El propósito básico es el de estudiar no la ruptura del encuadre sino su significado psicoanalítico cuando se mantiene en condiciones «idealmente normales».
Se analiza así el encuadre como una institución dentro de cuyo marco suceden fenómenos que llamamos comportamientos. En este sentido, el encuadre es «mudo» pero no por ello inexistente: forma el no-Yo del paciente sobre la base del cual se configura el Yo. Este no-Yo es el «mundo fantasma» del paciente, que se deposita justamente en el encuadre y representa una «metaconducta».
Se ilustra el papel del encuadre con varios ejemplos clínicos en los que se ve la depositación en éste de la más primitiva «institución familiar» del paciente, que es la repetición por compulsión más perfecta, que actualiza la indiferenciación primitiva de los primeros estadios de la organización de la personalidad.
El encuadre, como institución, es el depositario de la parte psicótica de la personalidad, es decir, la parte indiferenciada y no resuelta de los primitivos vínculos simbióticos.
Se estudian el significado psicoanalítico del encuadre así definido y la repercusión de estas consideraciones sobre la clínica y la técnica psicoanalíticas.