PRIMERAS LÍNEAS
Quisiera expresar en estas líneas el dolor que la pérdida de Rebeca Grinberg me ha producido a mí y a los miembros de nuestra Sociedad y expresar al mismo tiempo el agradecimiento a su intenso trabajo, como psicoanalista y maestra.
León y Rebeca Grinberg llegaron a Madrid en 1976, con la ilusión y el coraje de unos pioneros. Fue una inmensa suerte para nuestra pequeña y recién nacida Sociedad contar con ellos como analistas y didactas.
Desde los primeros momentos trabajaron intensamente como analistas, como investigadores del psicoanálisis y sobre todo como maestros de generaciones de psicoanalistas de nuestra Sociedad.
Hoy no podríamos concebir nuestra Sociedad, su historia y su desarrollo sin contar con lo que supuso su presencia como modelo de identificación para muchos de nosotros, los actuales miembros de la Sociedad, que los consideramos con orgullo y agradecimiento como nuestros maestros, por la auténtica convicción psicoanalítica que nos transmitieron y por su permanente compromiso con el estudio, la enseñanza y la difusión del psicoanálisis, que contribuyó de manera decisiva al desarrollo del psicoanálisis en Madrid.
Quisiera iluminar la figura de Rebeca Grinberg, compañera en la vida y en el compromiso con el psicoanálisis, con su estudio, su investigación de, Leon Grinberg.
Sabemos que participó intensamente en toda la obra científica de Leon, y que algunos de sus libros los escribieron juntos: «Identidad y cambio» «Psicoanálisis de la migración y del exilio», y en otros colaboró con trabajos singulares, sobre aquellos temas que más le interesaban.