19 - OBITUARIO DE CARLOS SOPENA. Luis J. Martín Cabré

Obituario de Carlos Sopena

El pasado día 13 de abril se produjo la dolorosa muerte de Carlos Sopena, analista, maestro, colega y amigo.

Como presidente de la APM solo puedo decir que nuestra institución pierde a uno de sus más distinguidos miembros, a un referente inestimable, a un teórico fino y preciso, a un clínico dotado de una extraordinaria intuición, a un estudioso infatigable y a un maestro apreciado por todos.

Sin embargo hablar de todas sus cualidades y sus virtudes humanas no me resulta fácil, nada fácil. Naturalmente la razón es que referirme a Carlos me obliga a sumergirme en el duelo que me suscita su pérdida y el duelo es un extraño lugar de observación. Supone un oscurecimiento de la identidad y una búsqueda incesante de recuerdos. Es como si la memoria y sus archivos se abrieran de par en par.

En primer lugar, me gustaría ante todo subrayar sus virtudes como analista. Hablo, por tanto ahora, como alguien que fue acogido, atendido y ayudado con extraordinaria profundidad. Siempre estaré agradecido a quien tanto consiguió ayudarme y hacerme ver y comprender tantas cosas.

Conocí a Carlos la mañana del 2 de mayo de 1978. Me sorprendió su imagen delgada, sonriente, amable y acogedora. Su capacidad de escuchar abierta y serena. Su profundo respeto. Carlos me enseñó sobre todo a escuchar. Creo que nadie me ha escuchado nunca tanto ni con tanto respeto ni con tanto talento. Desde entonces, no he dejado de mantener esta imagen suya, hasta la última vez que charlé con él antes de las fatídicas vacaciones de Semana Santa de este año. Fui a visitarle a su casa, donde hablamos un largo rato, naturalmente de la APM pero sobre todo de nuestras cosas, las importantes, las no importantes, las divertidas, las dolorosas, las entrañables en un intercambio que se había hecho con el tiempo un delicioso y privilegiado momento de dialogo afectivo.



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