05 - RESPUESTA A LA INTERVENCIÓN DE MARÍA HERNÁNDEZ. Martina Burdet Dombald

PRIMERAS LÍNEAS



Agradezco enormemente la aportación que me hace María sobre la cuestión de la saturación de la energía como intento de medida autocalmante en ciertos pacientes donde predominan traumas precoces y defectos en la individuación. A mi entender, esta búsqueda paradójica de calma a través de una excitación (probablemente padecida) repetida como actos imparables, testigos de una desligazón, constituye un grito desesperado ante el riesgo de hundimiento psíquico. En otras palabras, lo entiendo como llamada desesperada en busca de individuación y de poder existir como sujeto psíquico. La patología de lo «actual» como recientemente se titulaba el último Congreso de Lengua Francesa en Montreal (mayo de 2014), implica trauma y crisis de la representación.

En estos casos, como en la viñeta que se me presenta, estamos ante pacientes que convocan al analista con el fin de que éste les diga, les cuente lo que nunca ha ocurrido de ellos mismos, lo que precisamente no saben de sí mismos, y esto precisamente desde un trabajo a cuatro manos desde el cuenco transfero-contratransferencial.

Existen casos donde esta actuación en búsqueda de un yo, por incipiente que sea, puede desembocar en un dolor absoluto que rebasa las fronteras de un masoquismo de vida para caer en un masoquismo de muerte, en la desligazón, o en la desobjetalización (dependiendo de la teoría personal adoptada) camino de la autodestrucción como lo he descrito en otro lugar (Burdet, 2010).



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