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Curso Difusión - Círculo de Bellas Artes: "Las dos caras de la crisis". Madrid, enero/junio 2013 - Coordinadores: Eloisa Castellano, Adriana Cinello y Carlos Padrón

CICLO DE CONFERENCIAS EN EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES: “Las dos caras de la crisis”

Antes del crash económico de los EEUU en 1929 y de la crisis que azotó Europa en vísperas de la 2ª guerra mundial, en Occidente se vivía como las tres estatuillas chinas que se tapan los ojos, los oídos y la boca: ciegos, sordos y mudos.

Vacunados contra el horror por la banalización televisiva de las imágenes que provienen de países lejanos, tenemos tendencia a vivir en la inconsciencia: omnipotentes e inmortales en el “País de nunca jamás”.

Hubo crisis menores que asustaron: la amenaza atómica, los precios del petróleo, la Bahía de Cochinos…pero luego no pasaba nada y la vida seguía su curso. Si había crisis, cada uno se  las arreglaba  en su vida privada y allá cada cual con sus problemas, con tal de que las hipotecas, la gasolina y los supermercados permanecieran accesibles.

Algunos, los que pensaban, decían de vez en cuando: “esto no puede durar”.

Lo que parece predominar actualmente, más aún que la indignación, es una especie de estado de asombro que tiene visos infantiles. “¿Por qué las cosas no son como antes?”, se pregunta Peter Pan negándose a crecer.

La verborrea confusa que caracteriza a los políticos y a los “expertos”, que nos aturden cada día, acentúa el estado general de petrificación. Se vive en una especie de a-temporalidad y todos se consuelan con el “Carpe diem”. ¡Con tal de vivir un día más…! Otro día más sin sorpresas. Sin que nada se mueva. Un fatalismo estancado, sin proyectos de futuro, apadrinado por la pulsión de muerte.

Einstein, convencido  de que la crisis camina del lado del Eros, dijo:

"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. En la crisis nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar “superado”. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias niega su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.

Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos, la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. En la crisis  aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.

Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla."

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